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lunes, 14 de mayo de 2012

Feeling Like In Another World Cap 1/ Cambio accidental

Bueno esto es un Fanfic de One Direction!!! :) Espero que os guste y que comentéis!! 




El sonido de La alarma de mi móvil comenzó a sonar a eso de las ocho y media de la mañana, me despertó y gruñí. Lo apagué y refrené las ganas de estamparlo contra la pared o de levantar la persiana y tirarlo por la ventana. El móvil era nuevo, un Iphone, y no sabía como usarlo bien así que tenía muchos problemas con él, como por ejemplo la alarma que sonaba cuando quería. Normalmente lo apagaba por las noches pero después de todo lo que pasó ayer se me había olvidado por completo. El día anterior había estado de viaje desde Londres hasta un pequeño pueblo costero de Italia donde me quedaría todo el verano. Esto estaba previsto desde hacía meses, mi madre y mi padrastro, Peter, tenían que hacer unos negocios aquí en Italia por lo que aprovecharían para pasar unas buenas vacaciones en una de las mansiones que Peter había comprado aquí. Él era un gran empresario, vendía vinos en todo el mundo por lo que su nombre era muy reconocido. Os preguntaréis como se conocieron mi madre y él, es una historia muy sencilla de contar. Mi madre es chef, una de las mejores, y se conocieron en una fiesta. Después de esa noche comenzaron a quedar, a los dos meses comenzaron a salir como pareja y cuatro meses más tarde se casaron. Todo ocurrió muy rápido sinceramente, pero en seguida te das cuenta de lo mucho que se quieren. Peter tiene una hija, se llama Tamara y tiene la misma edad que yo. Nos llevamos muy bien y nos consideramos auténticas hermanas. Mi relación con Peter también era muy buena, teníamos muchas cosas en común por ejemplo en deportes y en ordenadores  Me levanté de la cama porque no me volvería a volver a dormir y subí la persiana para que los rayos de sol me despejaran, pero me llevé una decepción al descubrir que el cielo estaba nublado. Genial. Si llovía me tendría que quedar aquí todo el día. Estuve barajando las posibilidades de volver a dormirme pero se me ocurrió una idea brillante, me iría a pasear a la playa sola y así conseguiría olvidarme de todo aunque solo fueran unos instantes. Me fui al armario y me quedé mirando la cantidad de ropa que mi madre y Tamara me habían comprado hace nada con la excusa de "hay que renovar el vestuario". Por suerte rescaté mis camisetas y pantalones favoritos de las bolsas de basura que se iban a donar a organizaciones que daban ropa a los que más lo necesitaran y los escondía en el fondo del inmenso armario que tenía en la habitación. Todavía no me podía poner nada de mi antigua ropa porque si no se darían cuenta por lo que busqué algo normal entre los cajones y las perchas. Encontré rápidamente una camiseta roja con un dibujo negro en el centro, unos vaqueros cortos y unas chanclas. Agradecí que Tamara tuviera el mismo gusto que yo en lo que a moda se refiere. Después de vestirme entré al baño y me arreglé un poco, me dejé mi pelo moreno suelto y me pinté la raya en el ojo. Salí del baño, me guardé el monedero con el dinero que tenía en el bolsillo al igual que el móvil y salí por la puerta para irme a la cocina a desayunar algo. La habitación de Tamara estaba justo al lado de la mía y estaba la puerta abierta por lo que pensé que al llegar a su habitación lo primero que hizo fue acostarse en la cama y quedarse dormida. Pero me equivoqué al descubrir que había pegado algunos posters de su grupo favorito One Direction (yo no era muy fan de ellos, me sabía unas canciones y ya está) en la pared y había cambiado la distribución de los muebles. Normal que se hubiera dejado la puerta abierta, estaría tan cansada que ni se hubiera dado cuenta de eso. Le dejé una nota en su escritorio poniendo: "Estoy en la playa, mándame un mensaje cuando te despiertes si ves que no estoy". Seguí mi camino y al cabo de un rato encontré la cocina, cogí unos bollos y un zumo de naranja y me fui por la puerta delantera cogiendo unas llaves que había dejado Peter en el recibidor. Aunque el día estuviera nublado no quitaba que hiciera un calor asfixiante. Recorrí las calles laberínticas e idénticas del pueblo mientras comía, buscando la entrada de la playa o alguna señal de donde estaba, pero nada. Pasó una hora y por fin al fondo de una calle vi un pedacito de arena y mar. Fui corriendo hasta allí por las ansias de llegar y cuando estuve en la arena me quité los zapatos para caminar mejor. No había nadie a estas horas, bueno sin contar las gaviotas que revoloteaban por la playa buscando algo para comer, seguro que era por este tiempo. La brisa hacía que mi pelo danzara de aquí para allá y que se me metiera en la boca y en los ojos por lo que cogí un coletero de mi muñeca y me hice una coleta alta, así seguro que no me molestaba y estaba un poco más fresquita. En ese momento pensé en lo que haría aquí en el verano, según Tamara dentro de algunas semanas habría un festival muy bonito en el que el pueblo se llenaba de gente y había muchas cosas para hacer. Pero como ya he dicho faltaban unas semanas y todavía me quedaba por pensar que era lo que haría durante estas semanas y las siguientes del festival. Mientras pensaba en algunos planes alternativos para hacer en mi estancia aquí y miraba los mensajes que me enviaban algunos de mis amigos no vi al chico con el que me choqué y nos caímos al suelo. Miré al chico que tenía el pelo castaño y rizado y los ojos de un bonito color verde. 
-¡Oh vaya! Lo siento, perdóname no sabía por donde iba-dijo el chico en inglés, lo cual me sorprendió quizás fuera un turista, se levantó y me ofreció la mano para ayudarme.
-¡¿Pero no puedes mirar por donde ibas?!- le grité enfadada- ¡Hay mucha playa por la que pasear!
Él se me quedó mirando como si estuviera loca o como si no entendiera mi particular enfado. Creo que me había pasado un poco, pero mi agobio lo tenía que pagar con alguien. Agaché la mirada avergonzada de lo que había hecho y vi que se me había caído el móvil.
-Siento haberte gritado- me disculpé mientras cogía mi teléfono- es que estoy muy agobiada y llevo un mal día y cuando estoy así lo pago con todo el mundo- saqué una pequeña sonrisa que él enseguida correspondió.
-No pasa nada, yo también tengo algún que otro mal día.
Le miré mejor y su rostro me resultaba muy familiar, demasiado diría yo. 
-¿Te conozco?
-Quizás- volvió a sonreír y se encogió de hombros.
-No, creo que no, te habré confundido con otra persona- me di la vuelta metiendo el móvil en el bolsillo y comencé a caminar- lo siento de nuevo- le dije por encima del hombro, me despedí de él con la mano y seguí mi camino por la playa dirección a mi casa.
[...HARRY...]
Vi a esa chica irse y la estuve observando hasta que la perdí de mi vista. Tuve unas ganas locas de preguntarle cual era su nombre pero las palabras no me salieron. Hacía tiempo que nadie se enfadaba de esa forma conmigo, y menos una chica, y eso me había dejado un tanto sorprendido. Cogí mi móvil que también se me había caído en la arena, lo metí en el bolsillo de mis pantalones y comencé a caminar pensando en todo. Esa mañana me había despertado temprano para pasear un rato por la playa y como los demás estaban dormidos no quería molestarlos para ir a dar una vuelta. Lo más seguro era que me hubiera llevado algún golpe con alguna almohada o algún que otro insulto. Habíamos planeado pasar las vacaciones aquí para relajarnos y disfrutar, además queríamos estar en el festival que se celebraría en unas semanas. Quería que este verano fuera especial e inolvidable, lo conseguiría costara lo que costara, y un presentimiento de que el verano podría ser mejor si conociera a esa chica inundó todo mi cuerpo. Lo malo es que no sabía absolutamente nada de ella, solo me quedaba rezar para encontrarme con ella por la calle. Cuando me quise dar cuenta de por donde iba ya estaba llegando a las calles del pueblo por lo que me volví a poner las chanclas y seguí caminando. Esperaba que esta vez no me volviera a perder, me perdí y estuve como una hora buscando la playa. Por suerte reconocí las calles y me fue mucho más fácil encontrar la casa que habíamos alquilado todos para pasar las vacaciones. Era una casa bastante grande y bonita además estaba un poco alejada de todo.  Abrí la puerta y al entrar tuve que apartarme de la trayectoria de un cojín que le dio a Niall en toda la cara.
-¡Eh! Que yo no te he tirado nada- gritó Niall tirando el mismo cojín a Liam.
-Bueno por si acaso- dijo Liam riéndose-. Hola Harry, ¿dónde estabas?
-Me fui a dar un paseo a la playa- dije entrando dentro de la casa y cerrando la puerta.
-Podíamos haber ido contigo- Niall cogió una magdalena de la cocina y le dio un bocado.
-Bueno déjalo, estabais dormidos y si os despertaba...
-Te hubiéramos echado a patadas de las habitaciones- terminó Liam la frase.
-Exacto- nos reímos-¿Y los demás?- pregunté mirando al salón y vi que no había nadie más. 
-Lou y Zayn siguen durmiendo, yo me desperté el primero y luego Niall en cuanto olió las tostadas que estaba haciendo- nos volvimos a reír.
-Es que olía tan bien y sabían mucho mejor.
Como siempre Niall pensando en comida. Me senté en el sofá y puse la tele buscando algún canal de música porque los demás estaban en italiano y no entendíamos ni papa. 
-¿Sabes qué te llamamos?- preguntó Niall sentándose a mi lado en el sofá con otras tres magdalenas.
-¿Ah si?- dije sacando el móvil del bolsillo.
Encendí la pantalla y la foto que vi no era la que tenía yo de fondo. Era una chica con los ojos marrones verdosos y una bonita sonrisa en los labios que reconocí al instante. La chica de la playa, se llamaba Alessia por lo que vi en la pantalla. El corazón me comenzó a latir más y más rápido al saber que tenía una excusa para volver a verla y al menos conocernos un poco más.
-Este no es mi móvil- dije y Liam y Niall miraron a la pantalla.
-¿Entonces de quién es?- dijo Liam quitándome el móvil de las manos.
-Seguro que será de la chica con la que me choqué en la playa.
-Entonces... Ella tiene tu móvil- dijo Niall cogiendo el teléfono de las manos de Liam.
-¡Oh no!- eso fue lo que dije pero en mi cabeza se escuchó un "¡Oh si!".
[...Alessia...]
Llegué a mi casa sin perderme y sintiéndome todavía una estúpida. ¿Por qué le había gritado? Esperaba no tener que encontrarmelo mientras estaba aquí, no sabría donde meterme si le veía. Abrí la puerta y Rosetta, la sirvienta, me recibió con una gran sonrisa.
-Hola señorita- me dijo ella en español con un acento italiano.
-No me llame señorita, me puedes llamar Sia- sonreí, no soportaba que me llamaran así y todavía no me había acostumbrado a tener sirvientes que nos hicieran todo.
-Como quieras Sia-me guiñó un ojo y se fue a seguir limpiando los muebles del recibidor. 
-¿Mamá?- dije mientras entraba al gran salón principal y escuchaba el ruido de la tele.
-Hola Sia, ¿qué tal has dormido?- me preguntó y sonrió.
-Bien, ¿te ha dicho Tami donde he estado?
-Si, ¿te gustó la playa? ¿Y el pueblo?
-Si no está mal, lo que pasa es que no había nadie por las calles-me encogí de hombros y me callé con el incidente del chico de la playa.
-Bueno me alegro de que te guste- volvió a sonreírme y fijó su vista en la televisión.
Me di la vuelta y comencé a subir las escaleras arrastrando los pies con unas ganas de llegar a mi cama y acostarme un rato o tocar la guitarra. Saqué el móvil del bolsillo y al desbloquear la pantalla me quedé paralizada en el sitio. Este no era mi fondo y este no era mi móvil. Ay dios no, era el móvil del chico de la playa. Mierda, mierda, mierda cogí el móvil que no era y ahora tenía el suyo. Recé para que me llamara él ya que mi número era nuevo y no me lo sabía muy bien, solo sabía que acababa en 21. Genial, más que genial ahora le tendría que volver a ver y pasar aún más vergüenza. ¿Pero tan mala suerte tenía yo? Seguí subiendo las escaleras, ahora a todo correr, para entrar a mi habitación y que nadie supiera que no tenía mi teléfono.
-¡Sia!- gritó mi hermana en cuanto pasé por delante de su habitación- Ven aquí por favor.
-Ahora no puedo.
Me asomé a la puerta y habían tres chicas más sentadas en la cama de mi hermana.
-Mira son las chicas de las que te hablé- dijo con una sonrisa y yo pasé a saludarlas- esta es Paola- me señaló a una chica con el pelo rubio oscuro y los ojos marrones claros- esta es Estela- ella era una chica con el pelo de un moreno rojizo y los ojos marrones- y por último Carlotta pero todo el mundo la llama Lotta- me señaló a una chica con el pelo rubio y los ojos azules.
Le di dos besos a cada una y me senté en la cama junto a ellas, se quería que no se dieran cuenta de lo del móvil era mejor disimular que no pasaba nada. Hablaban de todo, de las clases, de chicos, pero sobre todo de música. 
-Tami me encanta como has dejado la habitación, te ha quedado maravillosamente bien- dijo Estela señalando a las paredes con los posters-. Me encanta One Direction.
-Son prefectos- suspiró Paola.
-Lo siguiente de perfectos- dijo Tamara poniéndose un mechón de su pelo negro detrás de la oreja.
-Pues si- añadió Lotta.
Entonces miré los posters y el alma se me cayó a los pies cuando le vi, miré el bolsillo donde estaba el móvil disimuladamente y luego de nuevo al poster. El chico de la playa. Con sus característicos rizos castaños oscuros, sus ojos verdes y una gran sonrisa. El chico de la playa se trataba de Harry Styles uno de los miembros del grupo One Direction. El grupo del que Tamara y sus amigas eran fans. 

2 comentarios:

Tma dijo...

Me encanta!! Sigue avisándome cuando saques los próximos capítulos :)

Ortcher dijo...

oooooooois me gusta me gusta :D Este trozo es buenísimo :P !
-¿Te conozco?
-Quizás- volvió a sonreír y se encogió de hombros.